En el año 2023, cuando aún trabajaba en el programa de Atención a la Violencia Filioparental Espacio Ariadna gestionado por la Fundación para la Atención Integral del Menor, mi compañero Raúl Gutierrez, entonces psicologo en este mismo programa y en un centro de atención a adolescentes y jóvenes de caracter semiterapeutico que también gestionaba dicha entidad,
Me propuso escribir un capitulo en el libro «La violencia adolescente en clave relacional» donde se plantea una propuesta de metodología de intervención, pero también de recopilación de experiencias de distintos profesionales que atendian y atienden a adolescentes y jóvenes que se encuentran por diversas circustancias en el circuito del sistema de protección de menores, justicia juvenil o en medio abierto.
Con mucho apoyo y tiempo suficiente, pude escribir un capitulo que titulé Igualdad ¿De qué?
En resumidas cuentas, intente explicar 6 años de experiencia profesional a través de la historia de un chico y su familia. Seguramente el capitulo no haga justicia, pero me gustaría destacar 5 puntos que creo, se podrían extrapolar al trabajo en general con adolescentes y jóvenes en conflicto a través de una entidad social.

1º La relación y el vinculo con ellos es fundamental. 2º La estabilidad del equipo profesional que atiende a estas personas y sus familias es imprescindible. 3º La entidad promotora del programa de atención debe de encontrar su sitio y no atender la totalidad de las dificultades de cada una de las presonas. 4º La coordinación entre profesionales y con las familias facilita el trabajo y mejora totalmente la intervención. 5º Sin recursos economicos que permitan el mantenimiento de las entidades que desarrollan los proyectos, y con ello el sustento de equipos conforme a su cualificación profesional, es muy complicado llevar a cabo un mandato que requiere de tiempo, confianza, relación, permanencia y estabilidad.
Y añadiré un 6º y último punto, la administración pública tiene que encontrar su sitio en este tablero, que no favorece la inmovilidad y generar un espacio de trabajo público-privado, en el que la especialización y la adaptabilidad de las entidades sociales con gran experiencia en el sector de la adolescencia y la juventud en conflicto, se vea reforzada y apoyada.